¡El verano ya llegó, ya llegó, ya llegó! Sin duda una de las épocas preferidas por los peques. Se alargan los días, llegan las ansiadas vacaciones y hay mucho tiempo libre para disfrutar de la piscina y de la playa. Por eso es muy importante que estén en contacto con el agua de una manera divertida pero también segura.
El ahogamiento es la principal causa de muerte accidental entre los niños menores de 4 años. De ahí que la Semana de Prevención del Ahogamiento, celebrada el pasado mes de junio, pretenda concienciar sobre la seguridad en el agua y educar a los padres y cuidadores con estrategias esenciales que pueden ayudar a prevenir los accidentes en el agua y en torno a ella.
Aquí os dejamos algunos tips para proteger a los más peques y evitar sustos innecesarios.
Supervisión constante
La vigilancia activa es el aspecto más crítico de la seguridad en el agua. NUNCA debemos dejar a los peques desatendidos en el agua, ni cerca de ella. Da igual que sea una piscina, playa, pantano o incluso una bañera. Debemos evitar distraernos con el móvil, la revista de turno o el libro que llevamos intentando acabarnos desde hace meses. Ojos abiertos, bien cerca y con los 5 sentidos puestos.
Barreras de seguridad
Si tienes una piscina en casa, asegúrate de tener una valla de seguridad alrededor de ella, con cierre a prueba de niños para evitar que puedan acceder sin supervisión. Otra opción es emplear una carpa o lona que deje la piscina totalmente cubierta, sobre todo en épocas del año que no se vaya a utilizar.
Explicar las normas de seguridad
Enseñar a los niños la seguridad en el agua es esencial y les proporciona conocimientos que pueden salvarles la vida. Es muy importante explicarles las reglas básicas, tales como no correr alrededor de la piscina, no empujar a otros niños al agua y no entrar nunca sin el permiso de un adulto o sin protecciones.
Aprender a nadar
Aprender a nadar es una habilidad esencial para la vida y, siempre que sea posible, es totalmente recomendable que los peques puedan recibir clases de natación. Además con esta edades, se trata de fomentar la confianza en el agua y los conocimientos sobre seguridad acuática, siempre de una forma divertida y atractiva.
Ayudas acuáticas: chalecos y manguitos
Los chalecos de flotación y los manguitos proporcionan una medida adicional de seguridad en el agua y ayudan a los peques a desarrollar confianza en sus habilidades para mantenerse a flote y a nadar o aprender a nadar.
Es importante tener en cuenta que los chalecos y manguitos NO son sustitutos de la supervisión adecuada de un adulto. Al final, son herramientas de apoyo pero no garantizan la seguridad total. De ahí la necesidad de que haya SIEMPRE un adulto acompañando al niño en el agua.
Además, a la hora de elegir el dispositivo de flotación para los peques, es importante cerciorarse de que esté certificado, y que cumple con los estándares de seguridad establecidos por las autoridades competentes. Igualmente, es fundamental seguir las instrucciones del fabricante para un uso correcto del propio dispositivo, así como asegurarse de que se ajusta correctamente al cuerpo del niño para garantizar una flotabilidad adecuada.
En BTBOX contamos con ambos sistemas de flotación.
Por un lado, los manguitos Delphin Discs, los ORIGINALES. Ligeros, fáciles y rápidos de colocar. No hay que inflar y desinflar, es imposible que se pinchen, sin esquinas cortantes y tacto agradable. Soportan hasta 60kg. y se pueden utilizar desde los 3 meses de edad. Usaremos 3, 2 ó 1 disco en cada brazo en función de la edad y peso del niño. A partir de este punto, iremos quitando progresivamente manguitos de cada brazo hasta que sin darse cuenta, y siempre encontrándose el niño con estabilidad y seguridad en el agua, flota por sí solo. Es un buen complemento para utilizar junto con el chaleco de flotación, sobretodo cuando los peques están ganando fuerza para mantenerse por sí solos en el agua.
Por otro lado, los chalecos de flotación. Como su nombre indica, se trata de un chaleco que ayuda al niño a ir adquiriendo autonomía en el agua, a aprender los movimientos necesarios para mantenerse a flote, y que posteriormente, le van a permitir aprender a nadar. NO es un chaleco salvavidas para que puedas dejar al niño en el agua y vaya a flotar solo. La presencia y vigilancia de un adulto debe ser CONSTANTE, al igual que ocurre con los manguitos.
En BTBOX fabricamos nuestros propios chalecos de flotación, totalmente homologados para garantizar un producto final apto para los peques. Con un factor de protección UPF 50+, en su interior cuenta con 8 compartimentos, cada uno de ellos con 3 piezas, que proporcionan la flotabilidad alrededor del torso y que se pueden ir quitando según el niño/a va cogiendo más confianza y soltura en el agua. Además, dispone de una cinta con cierre de seguridad para colocar entre las piernas, con el fin de que no se salga por la cabeza en caso de tirarse al agua de manera vertical o cuando simplemente está flotando en el agua. Esta cinta es ajustable y va protegida con neopreno para evitar rozaduras entre las piernas.
Elijas la opción que elijas, de nuevo recuerda que ambos sistemas deben usarse SIEMPRE BAJO LA CONSTANTE VIGILANCIA DE UN ADULTO. Sigue siempre la regla del 10/20, una técnica de vigilancia para evitar ahogamientos que nos indica que el adulto debe mirar al agua cada 10 segundos como mínimo y estar a una distancia que nos permita llegar al niño en máximo 20 segundos.
Así que resumiendo, asegúrate de educar a los niños sobre las precauciones en el agua y estar siempre vigilante para garantizar que tengan un verano seguro y divertido en la piscina o en la playa. Utiliza sistemas de flotación para facilitar ese aprendizaje, y si además pueden recibir clases de natación, mejor que mejor. Y si ya nosotros, como madrazas y padrazos que somos, podemos tener conocimientos básicos de primeros auxilios para posibles emergencias ¿qué más podemos pedir? ¿Más horas de sueño? Por supuesto, pero eso ya es tema para otro blog 😉
¡Feliz (y seguro) verano!